viernes, 24 de junio de 2016

Crítica de Buscando a Dory (Disney Pixar, 2016) - Sigue nadando



Parece mentira que hayan pasado 13 años ya desde que un padre pez payaso nos emocionara con un viaje a través del océano en busca de su hijo perdido, repleto de escenas impactantes que nos hacían reír y llorar, así como una de las mejores recreaciones del océano que hayamos visto en la gran pantalla. Tal fue su impacto que no solo llegó a recaudar 936 millones de dólares en taquilla y a ganar un óscar a la mejor película de animación de 2003 y nominaciones al mejor guión, sino que a día de hoy se considera como una película clásica y una de las mejores películas del estudio Pixar. Buscando a Nemo había conseguido dejar su huella.

Tras semejante éxito, eran muchos los que se preguntaban y pedían a gritos una continuación sobre las aventuras de Marlin, Nemo y Dory, pero no fue hasta 2011 que surgió un rayo de esperanza cuando a su guionista original, Andrew Stanon, se le ocurriría la idea de desarrollar más el personaje de Dory en una secuela de la película original, y es finalmente ahora, en Junio de 2016, cuando los niños que nos criamos con nuestros peces australianos favoritos podemos volver a las profundidades del agua.

Hola Dory, te hemos echado de menos. Y vaya si se ha notado, porque es la película de animación con mejor taquilla de estreno en la historia con 136 millones de dólares. Se nota que los fans de Nemo y compañía se morían de ganas de volver a verte.


Si bien Buscando a Dory es una secuela directa de Buscando a Nemo (tiene lugar un año después de la película original), en esta secuela nos centramos, cómo no, en la figura de Dory, un pez azul que sufre pérdidas de memoria a corto plazo y que tantas risas nos provocó en la historia original. Sin embargo, en esta cinta nos tomamos su papel y su situación de una forma mucho más triste y dramática, ahondando en su pasado mediante escenas de flashback a medida que avanzamos en la odisea de encontrar a su familia: ¿quiénes eran los padres de Dory? ¿sufrían lo mismo que ella? ¿cómo hizo Dory para sobrevivir con semejante problema de memoria durante tantos años? ¿qué dificultades tuvo que afrontar? ¿y de donde vienen sus dotes optimistas y sus habilidades para hablar balleno? Todas estas respuestas se van resolviendo a medida que Dory, junto a nuestros peces payaso favoritos Marlin y Nemo, se adentra en un nuevo viaje para encontrar a los suyos y descubrir su identidad mientras aprende a defenderse por sí misma a pesar de sus discapacidades.

La película mantiene un ritmo constante en todo momento que nunca pierde fuelle, a pesar de la cantidad de flashbacks que nos rompen el corazón, nos ayudan a ahondar y avanzar en la historia (curiosamente usando la misma técnica que Buscando a Nemo en sus primeros guiones), y usando la misma base de la historia original, con 2 viajes paralelos, por una parte Dory buscando a sus padres en el centro de hospital para peces junto a sus nuevos amigos como el pulpo Hank (los fans de Modern Family reconoceréis al bueno de Jay Pritchet en su actuación) y a su amiga la ballena Destiny, mientras que Nemo y Marlin intentan entrar en su empeño por salvar a su amiga. También tendremos momentos de diversión y risas, pero que a diferencia de su película original, no están tan equilibradas como en Buscando a Nemo, donde teníamos un perfecto balance entre drama y comedia y, para qué negarlo, donde las ideas y las situaciones tenían bastante más chispa y originalidad. A día de hoy el humor de la película sigue siendo fresco y nos hace destornillarnos, mientras que en Buscando a Dory se nota como ya bastante menos inspirado y algo repetitivo.


Los mensajes de la película son temas ya conocidos de la obra de 2003, como la preocupación y relación paterno-filial, así como la dificultad con la que muchas personas discapacitadas deben de lidiar a diario y por supuesto, el mensaje ecologista de cuidar el medio ambiente y el daño que los humanos causamos a las diferentes razas de animales, incluso cuando intentamos hacer las cosas bien. Sin embargo, en este caso todos estos temas se muestran desde un punto de vista diferente y fresco, ahondando todavía más en dichos aspectos pero desde otra perspectiva, en este caso desde un personaje que lucha constantemente contra sus discapacidades mentales, de tal forma que la experiencia nos resulta nueva y gratificante, complementando a la primera película a la perfección.

Hasta aquí podemos ver que Buscando a Dory es una película que si bien camina por un sendero conocido, lo hace con un enfoque nuevo y fresco a la vez que familiar. Por una parte en la película nos encontraremos muchas referencias a la primera aventura de Nemo (el prólogo, las escenas del candil del arrecife y la corriente australiana, diálogos, alguna foto de Darla que veremos en el camino, la escena de los créditos finales, etc), así como veremos a caras conocidas como Crush o el maestro Raya (lástima que el primero apenas dure un par de segundos en pantalla como mero homenaje). Sin embargo, no nos tendremos que preocupar de los 2 protagonistas originales y personajes principales, puesto que Marlin y Nemo estarán muy presente en la cinta con sus personalidades intactas a cómo las recordábamos, con Nemo siendo el alegre e intrépido pececito confiado en sí mismo a pesar de su aleta de la suerte y con un padre que, si bien ya confía en él y no es tan neurótico como solía ser, sigue siendo el cariñoso y preocupado personaje que intenta mantener la cabeza fría en todo momento, dispuesto a luchar por su hijo y su mejor amiga hasta el final. El cariño y la relación que hay entre estos 3 personajes es más que palpable, y nos quedamos con ganas de más tiempo de cámara para ellos y ahondar más en dicha familia. Y a todas las caras conocidas, tenemos que sumarle un nuevo conjunto de personajes nuevos, y si bien es cierto que los leones marinos y la ballena nos agradarán enseguida además de coger cariño a los padres de Dory, es el gruñón y carismático Hank, un pulpo al que le falta un tentáculo, el que se llevará la palma. Sin duda el mejor nuevo personaje y el único memorable de toda la cinta.


A un argumento excelente, unas escenas emotivas que nos harán casi llorar por Dory, tenemos que sumarle un apartado gráfico soberbio al que nos tiene acostumbrado Pixar, con una recreación impecable de los escenarios, aunque cabe destacar que en este caso, a diferencia de Nemo, en Dory la mayor parte de la película tiene lugar dentro del hospital de peces. Desde el diseño perfecto de los personajes (aunque el ligero cambio de Marlin y Nemo nos parece un poco forzado e innecesario), las texturas y físicas del agua, la mejora de la luz, la preciosa y enorme variedad de colores, los movimientos y animaciones de los personajes… Todo respira la magia de Pixar por los cuatro costados. Sin embargo, también hay que decir que, aunque notamos las mejoras en la animación de la película, ésta no resulta tan impactante como resultó Buscando a Nemo en su día. De hecho, si comparamos ambas películas, aunque vemos las diferencias, la primera sigue siendo impresionante y manteniendo el tipo a día de hoy respecto a su secuela, cosa que no hace sino ensalzar la obra original, teniendo en cuenta que tiene casi 15 años. Con todo hay que dejar claro que esto no es un fallo de la cinta ni mucho menos, que a nivel técnico es impecable, sencillamente que Pixar dejó el listón tan alto con la primera película que a día de hoy ésta sigue siendo un referente en el género de animación.


A nivel sonoro también tenemos que destacar por una parte las ya conocidas y geniales voces que doblan a nuestros protagonistas, como a la irremplazable Anabel Alonso que llena a Dory de la chispa y gracia a la que estamos acostumbrados, a Jose Luis Gil interpretando al papá cariñoso e histérico de Nemo al que tanto aprecio tenemos, Marlin, e incluso al doblador de Jay Pritchet de Modern Family, interpretando al carismático pulpo Hank. Si bien es cierto que la voz de Nemo no es la misma (normal, teniendo en cuenta que ahora el niño tiene 22 años y le ha cambiado la voz desde entonces), tampoco tenemos porqué temer, puesto que el nuevo doblador consigue captar la voz de nuestro pez payaso favorito a la perfección. Si a todo esto le añadimos una banda sonora hermosa que nos sacará las lágrimas en más de una ocasión con nuevas y emotivas melodías además de rescatar alguna canción conocida de su predecesora (como el tema original o la canción del candil del arrecife), nos volvemos a encontrar con un apartado audiovisual redondo.


En definitiva, Buscando a Dory es una digna secuela de una de las mejores películas de Pixar. Cierto que no llega a la altura de Buscando a Nemo, que tampoco es su intención, pero la calidad de su guión, el enfoque de la trama, los mensajes tan fuertes que mandan, y sobre todo la nostalgia de volver a ver a esos personajes con los que tanto nos encariñamos, junto a la magia que Disney Pixar realiza en la gran pantalla, la convierten en una película que hay que disfrutar sí o sí seas de la generación que seas.

Subid a bordo exploradores, es hora de traer a Dory de vuelta a casa.



85: Una secuela sobresaliente para una de las mejores películas de animación de todos los tiempos junto al Rey León. Familiar para todos aquellos que se criaron con Buscando a Nemo pero que resulta fresca y emotiva tanto para los que ya conozcan el mundo marino de Pixar como para los nuevos exploradores.


+ La profundidad del personaje de Dory
+ La emotividad de la trama
+ El enfoque de la historia desde el punto de vista de una persona discapacitada
+ La recuperación de personajes anteriores como Marlin y Nemo, así como personajes nuevos y carismáticos como Hank
+ El buen ritmo que tiene la historia que no pierde fuelle en ningún momento
+ Los preciosos e importantes mensajes de la película
+ Las referencias a Buscando a Nemo, un digno homenaje a la primera
+ El intachable apartado visual y sonoro al que Pixar nos tiene acostumbrados
+ La preciosa banda sonora

-        No le llega a la altura de Buscando a Nemo
-        No tiene un equilibrio tan bueno entre drama y comedia como sí tenía la historia original
-        Repite todos los temas ya vistos en la cinta anterior
-        Las gracias se repiten y ya no sorprenden o divierten tanto como en su día, no tiene la misma chispa
-        Salvo Hank, los personajes nuevos no resultan tan sorprendentes y memorables como en la primera cinta, donde recordábamos a casi todos los personajes secundarios
-        Que no hayamos tenido más tiempo para profundizar en la relación de los personajes originales con Dory, ¡queremos más!
-        Que a nivel gráfico, aunque impecable, no sorprende ni impacta tanto como sí hizo su predecesora en su día
-        Que hayamos tenido que esperar 13 años para verla, y ojalá se decidan a hacer otra secuela


Aquí dejamos el tráiler oficial de la película, recién estrenada el 22 de Junio:




Aunque es muy pronto para hablar de sus ediciones en Blu Ray y DVD (es de suponer que tendrá su edición caja metálica como siempre, y cruzamos los dedos por una edición especial con la película original Buscando a Nemo), en Amazon.es ya se puede reservar las ediciones estándar de DVD y Blu Ray, por 20 y 24 € respectivamente, con fecha puesta para el 28 de Octubre.

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