Hay muchas historias que rondan
por las selvas de la India, pero ninguna tan única y curiosa como la del cachorro
humano llamado Mowgli…
Muchos somos los que hemos oído
estas mismas palabras de Bagheera, la pantera negra en aquella cinta de 1967
creada por Walt Disney inspirado en la obra literaria de Kipling, El Libro de
la Selva, que comenzaría lo que sería la edad dorada de la animación. Y aunque
ésta es considerada un clásico entre los millones de niños que nos criamos con
el dulce Baloo y bailando al ritmo de la jungla con Louie, son muchas las
personas que pensamos que dicha cinta fue una oportunidad desperdiciada de
contar una historia mucho más profunda y sólida de la que nos relataron, más
todavía si conocemos la verdadera vida de Mowgli y que el propio Disney
prohibió que los creadores se leyeran para evitar que su inspiración afectase a
la producción. A día de hoy sigue gozando de personajes carismáticos y con unas
animaciones espléndidas, pero que a nivel de relato resulta pobre, sencillo e
inexistente, en el que los propios protagonistas no se toman nada en serio: ni
los peligros de la selva, ni la lógica, solo importa ponerse a cantar y nada
más. Brilla por su portada y su apariencia, pero no por su contenido.
Es por esta razón, tras el éxito
que Disney ha cosechado con las primeras adaptaciones de sus cuentos más
clásicos en películas live action (como Maléfica o La Cenicienta), que la
creación de una película real sobre El Libro de la Selva fuese su siguiente
objetivo. Su director, que también trabajó en Iron Man, confirmó que su meta
era conseguir una adaptación fiel a la estética y personajes de Disney, pero
con las bases más importantes del libro y con una historia mucho más profunda
en un intento de contar su propia versión sin alejarse de sus orígenes de la
animación o la literatura.
Y vaya si lo ha conseguido: desde
el primer momento que nos sentamos a ver la película, la cámara nos conduce por
unos bellos y exóticos paisajes que casi podemos sentir y animales que casi podemos
tocar, con una música que nos envuelve en la nostalgia al reconocer trozos de
las melodías originales o pequeñas pinceladas de éstas en las nuevas
soundtracks. La historia mantiene la base de la película de animación con
Mowgli, un cachorro humano encontrado por la pantera negra y criado en la
manada de lobos de Akela, se ve amenazado por la presencia de Sheer Khan, quien
cegado por su sed de sangre y odio al hombre, jura matarlo. Por lo que, para
proteger tanto a la manada de lobos como al chico, Bagheera decide llevarlo de
vuelta a su lugar de origen. Hasta ahí, junto con la estética de la película y
el atrezo y vestimenta de los personajes, vemos que la película camina sobre
las bases de la compañía de Mickey Mouse.
Sin embargo, el guión se muestra
de una forma más seria y sólida, mostrando las dificultades físicas y morales
que Mowgli siente al ser diferente de su manada, que a pesar de todo, le aprecia
con creces. La presencia de los lobos y la ley de la selva, al igual que en el
libro, es mucho más importante, así como la amenaza real de Sheer Khan que nos
mantiene en tensión durante toda la trama. La selva, si bien es hermosa y
exótica, también muestra sus peligros, sin ser el juego de niños que nos
vendían hace casi 50 años. Y las situaciones se desenvuelven de una forma mucho
más lógica y con consistencia, y con unos personajes fieles a los de la
película de animación, pero que resultan mucho más creíbles en cuanto a
actuación y a nivel de personalidad: Mowgli, si bien es un niño y muestra esto
en muchas facetas como su lado juguetón e ingenioso al usar trucos, entiende
los peligros que corre, y sabe desenvolverse en la selva, y Bagheera se muestra
si bien igual de estricto y un pelín gruñón, también se demuestra muchas veces
el cariño y deseo de proteger al pequeño a toda costa, así como Baloo sigue
siendo el bonachón que conocemos con un lado más pícaro. La relación de todos
los personajes principales está mucho más equilibrada, teniendo todos la misma
importancia (en la de animación, una vez sale Baloo, se da carpetazo al resto)
y un desarrollo mucho más natural y no tan apresurado y forzado. Sin hablar de
las escenas que te enternecerán, que te harán desternillarte de la risa y de las increíbles escenas de acción, como el
bosque en llamas. La cinta en general mantiene un buen ritmo que nunca se llega
a romper y que quieres que la aventura siga.
A esto hay que sumarles
constantes referencias que se funden a la perfección con la película sin llegar
a causar dejavú o a que nos parezca que estamos viendo la misma cinta: por una
parte los guiños a la película son más que evidentes (el prólogo, el encuentro
con Kaa, la escena del río, la banda sonora, el final…), y por otra la misma
cantidad de referencias al libro de Kipling: la ley de la selva, los diálogos
directamente sacados del libro, situaciones que o bien actúan igual o que
sencillamente homenajean los eventos originales de la obra literaria, como la
estampida de los búfalos o el respeto hacia los elefantes… Lógicamente no
llegará a ser tan fiel al libro (debido a ser tan oscuro), del cual únicamente
consiguió el anime japonés shonen Mowgli que se estrenó en España a principios
de los 90. Es una historia que si bien se apoya en ambos pilares, consigue
desenvolverse de tal forma que crea su propia versión del cuento sin desmerecer
o serle infiel a ninguna de las obras literarias o fílmicas.
A nivel gráfico es imposible
ponerle pegas, ya que los gráficos, si bien son todos hechos por ordenador,
muestran un nivel de realismo y de belleza impresionantes que te hacen dudar de
si lo que estás viendo es real o no, los personajes están tan vivos como el
propio Mowgli y si bien hablan, sus expresiones faciales y corporales están tan
cuidadas que apenas nos damos cuenta de que son CGI y sus movimientos y
expresiones faciales están limitadas a las que podría tener cualquier otro
animal de su especie para mayor realismo. La iluminación y los diferentes tonos
de color que tiene la selva así como el esmero en el detalle de las
localizaciones, consigue que nos traslademos de lleno a la jungla de la India,
además de mostrar el cariño por la cinta original al ver recreadas ciertas
escenas concretas de la película a la perfección o el ingenio del simbolismo o
la mitología en algunas escenas (la loba blanca, el fuego como símbolo de poder
y codicia del hombre, etc). Las únicas pegas que se pueden destacar son más
bien fallos de raccord en puntos concretos del film en el que las cicatrices de
Mowgli desaparecen y vuelven a aparecer, o que ciertos animales son de origen
africano y no indio.
Y a nivel sonoro cumple
perfectamente mediante un buen doblaje de personajes debido a una buena
interpretación de éstos y a una banda sonora refrescante que te mantiene en
vilo en las escenas de acción y te emociona en los momentos más emotivos, así
como embriagarnos de nostalgia al reconocer ciertas partituras o tonos de
melodía de Disney.
También cabe recordar que la
película NO es un musical, pues aunque encontraremos dos canciones (Busca lo más vital y Quiero ser como tú), ambas son muy
breves y actúan como narradoras de dichos momentos sin llegar a cortar el ritmo
de la historia en ningún momento. La única que a lo mejor no llega a pegar del
todo es la del rey Louie, pues aquí se muestra como un personaje imponente,
poderoso y orgulloso, para nada el juerguista que conocimos en la cinta
anterior, pero por fortuna es lo suficientemente corta como para no estropear
la narrativa o el ritmo de la acción.
En resumen, El Libro de la Selva
es una película preciosa, entretenida, divertida y emotiva que homenajea tanto
a Kipling como a Disney (150º y 50º aniversario respectivamente) tomando ambas
como base para contar su propia versión de la historia de una forma más seria y
realista, con una ambientación y apartado artístico perfecto y una banda sonora
que nos mete de lleno en escena y nos hace recordar que estamos de vuelta con
nuestros viejos amigos. La mejor adaptación de un clásico Disney Live Action
hasta la fecha.
90. Una nueva versión de El Libro
de la Selva que goza de las bases tanto de la obra original como de los
personajes clásicos de Disney, en un argumento y ritmo de acción mucho más
sólido y lógico con una ambientación y recreación de la selva que te dejará con
la boca abierta y con una música preciosa y de lo más vital, nunca mejor dicho.
La mejor adaptación live action de Disney hasta el momento. Te guste la
película original o no, hay que verla.
+ Artística y gráficamente
preciosa, casi imposible distinguir los personajes reales de las CGI
+ Atmósfera perfecta, una
recreación impresionante, bella y enfermiza de la selva de la india
+ Perfecta caracterización e
interpretación de los diferentes personajes originales de la película de Disney
+ El genial homenaje sonoro a la
película de animación sin olvidar crear preciosas melodías nuevas
+ Las incontables referencias a
la película y al libro original
+ Un guión mucho más sólido que
la versión de Disney que plantea la historia de forma más realista, con toques
de la casa pero que trata temas del libro, creando su propia versión de la
historia sin ser infiel a las obras originales
-
Algunos pequeños fallos de raccord difíciles de
apreciar, como cicatrices que aparecen y desaparecen en un punto concreto o animales
africanos en una ambientación de la selva de la India.
-
Al nuevo Louie no le pega mucho su canción, pero
por fortuna es corta y no llega a cortar el ritmo de la película.
Aquí os dejo el tráiler final de la película:
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