viernes, 23 de septiembre de 2016

Análisis de Deadlight: Director’s Cut Edition PS4 (Tequila Games, 2016) – El arte de sobrevivir

Para todos los que disfrutamos ya sea viendo una serie de televisión o viciando un rato en nuestra Playstation, es obvio que el género postapocalíptico ha resurgido con toda su fuerza en los últimos años: la prueba de ello es el éxito que está teniendo la serie de AMC, The Walking Dead, basada en el cómic original de Kirtman, o la cantidad de videojuegos que podemos disfrutar en nuestra consola como Metro 2033, destacando entre ellos los últimos exclusivos mejor valorados de Sony como The Last of Us (Naughty Dog, 2013) o el reciente anuncio que vimos en el E3, Days Gone (Bend Studios).
Sin embargo, Deadlight es una obra que decide salirse un poco del molde establecido ahora mismo por aventuras y shooters en tercera persona, y decide adentrarse en los años 80 para contarnos una relato, que si bien nos resulta familiar dentro de las historias de zombies actuales, consigue brillar con luz propia debido a la originalidad de su propuesta jugable, en la que el clásico de Jordan Mechner se da la mano con una ambientación digna de Naughty Dog.


Deadlight nos sitúa en la Seattle de 1986 tras la guerra fría y nos presenta a su protagonista Randall Wayne, un guarda bosques que busca a su familia y amigos tras el desencadenamiento de una epidemia que ha acabado con la mayoría de la raza humana y que ha arrasado el mundo que una vez conocía. Todas las ciudades y hogares que antes estaban llenos de vida y ruido, no son más que vagos recuerdos que yacen rotos en los escombros de la civilización, invadidos por miles de sombras que rondan los callejones en busca de su próximo alimento. Pero nada de eso consigue detener a Randall, quien está dispuesto a hacer lo que haga falta para sobrevivir y reencontrarse con su mujer e hija. ¿Logrará alcanzar su objetivo, o pasará a ser una de las miles de sombras que le persiguen para darle caza?

¿Estais listos para sobrevivir al apocalípsis?


Con esta historia de fondo, Deadlight nos ofrece un juego de plataformas de desplazamiento lateral 2D con unos fondos y entornos preciosos totalmente desarrollados en 3D en el que tendremos que avanzar haciendo uso de nuestras habilidades de supervivencia, desde carreras, saltos, acrobacias y alcances dignos del Príncipe de Persia hasta el manejo de diferentes armas como el hacha, tirachinas o pistola. Si bien el planteamiento es muy tradicional en el género, son los detalles lo que hacen que este videojuego marque la diferencia entre los plataformas clásicos, cogiendo prestado pequeños guiños e influencias de otras obras ampliamente conocidas en el mercado y consiguiendo darle a este título la variedad y esencia que lo separa del resto. Durante toda la aventura deberemos conseguir avanzar por las ciudades desoladas y las alcantarillas abandonadas ya sea resolviendo diferentes zonas de plataformas entremezclados ingeniosamente con diversos e inteligentes puzles que si bien no son demasiado complicados, son lo suficientemente entretenidos para hacernos usar la cabeza antes de actuar. Y lo más importante es que durante toda nuestra odisea, estaremos constantemente en alerta y tensión, puesto que en casi todos los niveles del juego, las sombras se nos estarán echando encima, por lo que tendremos que actuar lo más rápido posible con todo lo que tenemos a disposición, que no será mucho. Durante la mayor parte de la aventura, solo contaremos con nuestras destrezas de escalada y velocidad para dejar atrás a los enemigos, e incluso distraerlos con un silbido, pero rara vez contaremos con armas de fuego, en el mejor de los casos siempre contaremos con un hacha, e incluso un tirachinas. Incluso con solo nuestra fuerza física estaremos limitados, puesto que contamos no solo con una barra de salud muy limitada, sino que además, al igual que en títulos ya vistos como I am Alive (Ubisoft, 2012), Randall tiene sus límites que se muestran en su incapacidad para nadar y en una barra de esfuerzo que si llega a acabarse, nos soltaremos o nos quedaremos expuestos a ataques, haciéndonos daño.


Pero no todo se reduce a plataformas y puzles, puesto que el diseño de los niveles es lo suficientemente ingenioso y amplio como para dar lugar a la exploración por unos escenarios con un apartado artístico sobresaliente en el que vemos cómo el mundo que tan conocido nos era se ha venido abajo, con solo las ruinas de las ciudades y los restos de los habitantes que una vez vivían allí. Muchas veces nos encontraremos con múltiples coleccionables, pues además de las armas, las balas y los kits de supervivencia también encontraremos diferentes entradas del diario de Randall que nos contará cómo era antes su vida y cómo acabó aquí, objetos personales de la gente que antes vivía en la ciudad y con el que poco a poco descubrimos cómo la epidemia comenzó, e incluso juegos portátiles recreativos de la época que además de sumergirnos más en la década de los 80, nos desbloquean pequeños minijuegos que luego podemos disfrutar fuera de la aventura principal.

A nivel visual destaca notablemente por su contraste de luz y sombras, así como por su diseño de escenarios y nivel artístico de los personajes, destacando las geniales viñetas de cómic que se usan para narrar el avance de la trama como si de la propia obra de Kirtman se tratara. En ese aspecto, si bien no consigue ir más allá de resultar interesante (sobre todo para los que ya estemos familiarizados con este género), merece la pena solamente por descubrir su sorprendente final, que junto con la preciosa música y excelente doblaje en inglés (subtitulado al español) conseguirá encogerte el corazón.


Pero aún con todo, Deadlight no es una obra carente de fallos, pues la aventura peca no solamente de falta de dificultad debido a los constantes puntos de guardado que hay, sino a una falta mayor de variedad de situaciones, puesto que la mayor parte de la aventura consiste en salir pitando de dicha zona, y una ligera pero muy puntual imprecisión de los controles. Pero sin duda alguna, el error más grave del título es su escasa duración, pues completar los 3 niveles de los que está compuesto, no llevará poco más de 2 horas y media, y eso completando cada nivel al 90% como mínimo, que además no ofrece mucho aliciente para volver a jugarlo para conseguir los coleccionables restantes, ya que la mayoría están a la vista, y una vez resuelta la trama, no tiene ningún misterio. Además, aunque el título cuenta con un montón de contenido extra, como el diario de Randall, los coleccionables, galería de arte, making of del videojuego, desarrollo del título, comentarios del director e incluso un modo de dificultad pesadilla y un modo supervivencia, todo esto se puede conseguir en nuestra primera vuelta (salvo el final alternativo y descartado del juego), lo que hace que gastarse 20 € en un título tan corto pueda parecer exagerado.


Con todo, Deadlight es una obra muy recomendable no solamente para los amantes del género postapocalíptico, sino para los jugadores clásicos que echen de menos un videojuego más tradicional y, por qué no decirlo, distinto a las aventuras que estamos acostumbrados en el mercado tan saturado de shooters y explosiones de hoy en día.

Prepárate para sobrevivir. Las sombras acechan.

80: Una aventura de plataformas clásica en la que Prince of Persia se da la mano con The Last of Us. Una experiencia divertida y variada que si bien peca por su corta duración, merece la pena por el toque de frescura que ofrece.

+ La lograda ambientación de los 80 postapocalípcita
+ El apartado artístico y la banda sonora
+ El equilibrio entre plataformas, puzles y acción
+ El sorprendente final
+ La cantidad de contenido extra que desbloquear

-      La escasa duración: poco más de 2 horas y media para conseguir el 90% de los coleccionables y los contenidos extra
-        Rejugabilidad casi nula
-        Modos de juego adicionales escasos
-        Falta de variedad en el desarrollo del juego
-        Excesivamente sencillo debido al exceso de puntos de guardado

Deadlight está disponible para todas las plataformas next gen tanto en formato físico como en digital.

No hay comentarios:

Publicar un comentario