viernes, 7 de octubre de 2016

Análisis de Quantum Break PC (Remedy Studios, 2016) – El Tiempo es poder

A lo largo de la historia, han surgido diversas teorías sobre cómo funcionarían los viajes en el tiempo: si volviéramos al pasado y alteráramos el curso de los acontecimientos, ¿serían nuestro presente y futuro diferentes o se quedaría igual? ¿Se crearía una línea de tiempo alternativa, o hiciéramos lo que hiciéramos en el pasado, las cosas no cambiarían? ¿Y si el pasado fuese un bucle, un círculo que solo viaja seguro en una dirección en el que sean cuales sean nuestras acciones, solo conseguiríamos provocar lo que queremos evitar? ¿Seguiríamos intentando salvar aquello que tanto apreciamos a pesar de todas las consecuencias?

Con esta teoría de fondo, Remedy Studios ha dedicado los últimos años a crear la que pretendía ser su obra más ambiciosa, pues tras crear títulos tan importantes como Max Payne y Alan Wake, el estudio quería dar un paso más allá en la nueva generación, ofreciendo un videojuego que fusionara el medio del cine con el interactivo, a la vez que mostraba una sorprendente representación de un mundo donde el tiempo se ha detenido. Los trabajadores y ambiciosos artistas se han impuesto no solo crear una nueva aventura épica y dramática, sino cambiar el género de acción para siempre pero, ¿lo habrán conseguido?

Pues descubrámoslo en este viaje atemporal que nos llevará a romper las barreras y límites de la física del mundo que conocemos.

Pero recuerda: el tiempo es poder, y el fin se acerca.


Quantum Break nos sitúa en la ciudad de Davenport, donde encarnamos a un joven llamado Jack Joyce que vuelve a su ciudad natal para visitar a sus seres queridos, pero lo que prometía ser un reencuentro placentero se convierte en una realidad aterradora: la estructura del tiempo se ha roto, el mundo se para a cada segundo, alterando el orden y provocando el caos y la destrucción de la ciudad, lo que antes eran meses ahora pasan en apenas segundos ante nuestros ojos, y la inestabilidad va cada vez más en aumento mientras se avecina el fin de los tiempos. Y para empeorar aún más las cosas, nos persigue una organización multimillonaria malvada que hará todo lo posible por pararnos los pies. Pero no todo está perdido: durante el accidente que provocó la fractura, Jack fue afectado por la onda expansiva y para nuestra sorpresa, descubrimos que tenemos cierto poder sobre la manipulación del tiempo.

Con estas nuevas habilidades, encarnaremos a Jack mientras comienza una carrera contra el tiempo para evitar que dicha catástrofe tenga lugar y conseguir salvar el mundo.


De esta forma, Remedy Studios nos plantea de nuevo una historia dramática en la que intenta fusionar de la mejor forma posible una gameplay entretenida y adictiva con una narrativa y puesta en escena dignas de cualquier estreno de cine o serie de televisión a la que estemos acostumbrados. La trama, que arranca con un buen ritmo e intensidad, gira en torno a la relación de dos hermanos que se han ido separando con el paso de los años, y aunque el guión hace todo lo posible porque nos encariñemos no solo con los protagonistas, sino con los personajes secundarios, lo cierto es que se trata de una forma tan superficial que se dejan en segundo plano para centrarse en explicarnos cómo funcionan los viajes en el tiempo, intentado mostrarlo de una forma lo más realista posible, y sobre todo enseñando cuáles son las consecuencias de jugar a ser Dios.


La historia resulta lo suficientemente entretenida como para mantenernos enganchados a nuestro mando hasta que lo terminemos, con unos personajes que si bien no llegan a ser carismáticos, consiguen ser interesantes y que nos centremos en cómo progresa la aventura.

Quantum Break es un videojuego de acción que, al igual que su predecesor Alan Wake, intenta imitar su forma de contar un relato en formato televisivo, dividiendo la trama en episodios jugables y, en este caso, también live action. Esa es la clave que diferencia a Quantum Break del resto de títulos, su intento de fusión entre ambos medios dentro de una misma obra, de tal forma que una no pueda funcionar sin la otra, y que en cierto modo logra cumplir su objetivo.


Cada acto del videojuego está dividido entre 2 y 4 niveles jugables en los que avanzamos por escenarios lineales pero que son lo suficientemente amplios y llamativos a nivel visual como para invitarnos a explorarlos libremente en busca de documentos que nos cuenten más detalles y secretos de la historia, de vez en cuando permitiéndonos realizar algún salto o pequeña maniobra que rompa ligeramente la monotonía. Pero lo que sí está claro es que donde Quantum Break consigue divertir más, es en sus zonas de disparos, donde las bases jugables de Uncharted se dan de la mano junto a los poderes únicos de las arenas del tiempo de nuestro príncipe persa favorito: Jack puede llevar encima hasta 3 armas que recoja de sus enemigos (una pistola, una escopeta de largo y otra de corto alcance) así como mochilas de munición y puede cubrirse de forma automática, lo que desgraciadamente no siempre funciona como esperábamos al igual que sus saltos ortopédicos. Por suerte, también contamos con diversos poderes para acabar con nuestros rivales, como la congelación del tiempo para disparar hasta reventar a los soldados que nos ataquen, la ráfaga del tiempo, el escudo temporal que nos protege, y otras variaciones más que podemos ir desbloqueando a medida que progresamos y que además podemos mejorar gracias a los puntos de habilidad que también encontremos por las diferentes fases usando otra de nuestras dotes, la vista de águila, que permite que veamos dónde están los coleccionables, nuestros enemigos y hacia dónde nos debemos dirigir.


¿O era la vista temporal? Perdonad, tantos viajes al pasado acaban por provocar dejavús.

Otra de las novedades importantes es que una vez terminamos dicho acto, nos metemos en la piel del villano, el dueño de la malvada empresa que nos quiere parar los pies, en una escena llamada “nodo” donde se nos obliga a tomar una de sus decisiones por él, pero que dependiendo de la que escojamos, cambiará el curso de la trama, como por ejemplo la forma en la que tratemos a los ciudadanos, ya sea trabajándonos las relaciones públicas para volver a la ciudad en contra de Jack o usando la fuerza bruta para guardar nuestros secretos. Esta opción resulta interesante porque no solo determina cambios narrativos dentro de los niveles interactivos, sino también en los episodios de televisión que suceden a cada decisión que tomamos.

Una de las principales preocupaciones que muchos jugadores tenían al saber que Quantum Break intercalaría episodios jugables con los de una serie de actores reales, era que el ritmo de juego se viese interrumpido, como en casos graves como The Order 1886 donde se nos cortaba la acción cada cinco minutos. Pues si bien es cierto que los episodios de veinte minutos si rompem algo el ritmo de la historia, para nuestra sorpresa, no lo hacen de forma grave ni mucho menos. Es cierto que el videojuego posee un buen número de cinemáticas por ordenador, y que si sumamos a los ochenta minutos de serie, se nos quedan en casi cuatro horas, pero por fortuna el videojuego está bien diseñado de tal forma que podemos disfrutar de las fases interactivas sin miedo a que se nos esté interrumpiendo constantemente, y cuando llega el momento de ver un nuevo capítulo, nos encontramos intrigados por lo que va a suceder.


La serie de televisión, a diferencia del videojuego, se centra no solo en los enemigos, sino en los personajes secundarios que, si bien veremos en el videojuego, tienen un rol muy pequeño. Sin embargo la serie está tan perfectamente conectada al universo, que el salto de videojuego a película no nos resulta brusco, es más, lo abrazamos y lo disfrutamos en cada detalle: desde la actuación de los mismos intérpretes que ponen cara a los personajes en 3D, la recreación exacta de su vestuario y de los escenarios, la conexión impecable con la trama, hasta los secretos que encontramos en las fases aparecen a modo de guiño… Si todo eso lo juntamos con un buen ritmo que consigue mantenerte enganchado, no podemos sino remarcar la excelencia de este producto Mass Media que deja en pañales a muchas adaptaciones cinematográficas de videojuegos actuales.


Pues bien, si a nivel narrativo y de puesta en escena es sencillamente inmejorable, el problema viene principalmente porque en términos de gameplay no está cuidado de la misma forma: en las diferentes fases nos limitamos a avanzar por escenarios lineales en busca de las decenas de documentos que leyéndolos nos ayudan a descubrir distintas subtramas y relaciones entre los protagonistas e incluso a desbloquear  vídeos de los diferentes personajes si reunimos toda la información posible. Por supuesto todo esto son tareas opcionales, pero resultan importantes si queremos entender el progreso del guión. Si a eso le añadimos que lo único que consigue alterar algo la monotonía de los niveles son los puntuales combates, alguna zona de saltos o uso de poderes anecdótico, como rebobinar un objeto para impedir que se caiga o abrir una puerta, hace que el ritmo de juego sea monótono, tedioso y muy pesado. Ni siquiera lo salva el desarrollo de la historia, que si bien resulta interesante, no consigue sorprendernos en absoluto e incluso muchas veces podemos deducir cómo va a acabar.


La duración de la trama tampoco acompaña, pues en el mejor de los casos, explorando los bellos escenarios con calma y encontrando todos los coleccionables, adquiriendo todas las mejoras y viendo la serie de televisión, no pasará de las 12-13 horas, y tampoco es que haya mucho más por hacer. El videojuego no cuenta con una partida + pero si te permite volver a cargar cada nivel o episodio si quieres buscar algo que te hayas dejado e incluso alternar nuestras decisiones en los nodos temporales. Esto nos permite acceder a cambios narrativos, pero que al limitarse a personajes muy secundarios, resultan casi nulos, como mucho alterando un par de minutos de metraje en los episodios o situaciones concretas, en las que un personaje de fondo desaparece, muere o es reemplazado por otro que cumple su misma función, pero que como no afecta para nada a la trama, el desarrollo de ésta continuará exactamente de la misma forma, quitándole la gracia al asunto y dejando al título con una rejugabilidad nula.


A nivel audiovisual, si bien Quantum Break tiene un apartado artístico y un diseño de personajes y escenarios envidiable, con un realismo, tratamiento de luz e iluminación que sorprende a más de uno, sobre todo en las escenas con efectos de congelación en el tiempo, tiene serios defectos que lo hacen alejarse del portento gráfico que prometía en su momento, mostrando unas animaciones algo toscas y unas texturas de baja calidad en algunos momentos y por no mencionar una imagen muchas veces borrosa, lo que hace que a nivel gráfico recibamos una de cal y otra de arena.


Nos pasa lo mismo con el apartado sonoro, ya que si tiene unas voces de doblaje al inglés impecables y los episodios y las cinemáticas nos vienen traducidas mediante subtítulos al castellano, hay veces en que se sufre una cierta desincronización entre la imagen y las voces, y casi la mitad de los coleccionables como las radios y los vídeos autobiográficos no los traen, lo que hace que, salvo que tengamos un alto nivel de inglés, no entenderemos nada de lo que dicen, y por tanto no comprendamos la historia al completo.

El problema no es que el videojuego no venga doblado al castellano, ya que hay obras maestras como The Witcher 3 que vienen en perfecto inglés subtitulado a nuestro idioma y no lo cambiaríamos por nada, sino en que los subtítulos muchas veces fallan y hace que perdamos algún diálogo concreto, y muchas veces vienen directamente sin traducir, lo que se convierte en una falta muy grave en una obra que precisamente lo que más importa es el argumento y las conversaciones, mientras que otros videojuegos con el mismo presupuesto o menos sí que vienen perfectamente localizados al español ibérico, ya sea mediante doblaje o subtítulos, incluso ambos. Que el videojuego narrativo y cinematográfico que se suponía que era el buque insignia de Microsoft de este año venga traducido a medias, mal y a rastro es un error muy grave que hace que te pierdas partes importantes del videojuego y que, para ser sincero, es imperdonable siendo como es un triple A de una de las compañías más importantes y adineradas del sector.


En definitiva se puede decir que Quantum Break es el nuevo intento de fusión entre videojuego y serie de televisión de Remedy Studios tras su primer planteamiento con Alan Wake, pero esta vez hasta el punto de hacer una serie de actores reales indispensable para entender la aventura e intentando coger lo mejor de ambos medios. Sorprendentemente dicha fusión resulta mucho más satisfactoria e interesante de lo que pueda parecer al principio gracias a una narrativa y puesta en escena impecable, pero el hecho de que se hayan centrado tanto en la parte narrativa y visual hace que el desarrollo del videojuego y su parte jugable, la piedra angular de este medio, se vuelva tedioso, aburrido y pesado, salvándose únicamente los pocos combates que ofrece. Cuando en un videojuego disfrutas más de sus cinemáticas y de sus episodios que de su jugabilidad, es que los cimientos no están bien asentados, y por eso Quantum Break, si bien será disfrutable por todos aquellos que os llame la estética cinematográfica y los dramas de acción, está lejos no solamente de ser el juego del año que todos esperábamos, sino de superar a las obras anteriores de Remedy como Alan Wake que, sin ser una obra maestra, era mucho más pulido y sorprendente en su momento.

Si es que es por algo que nos advierten constantemente de no jugar con la línea del tiempo: siempre, SIEMPRE trae malas consecuencias.


60. Un juego dramático y diferente que apuesta por una narrativa fuerte pero que falla a nivel jugable debido a un desarrollo de niveles sosos y poco inspirados, además de una falta de pulido importante a nivel técnico. Disfrutarán los que quieran encontrar una buena historia y combates divertidos en los que Uncharted y Prince of Persia Las Arenas del Tiempo se dan de la mano, pero que está lejos de ser la obra maestra y la revolución del género que Remedy Studios nos prometía.

+ La genial puesta en escena y la narrativa que acompaña el título
+ La calidad y belleza de los gráficos
+ Los actores que participan en el juego
+ La diversión de los combates gracias a los poderes del tiempo
+ La posibilidad de mejorar las capacidades del protagonista
+ Los impresionantes e interesantes episodios de televisión que, si bien cortan un poco el ritmo, enlazan a la perfección con la historia, y que dependiendo de nuestras acciones, tanto ésta como el videojuego cambian
+ La cantidad de secretos que se pueden encontrar y desbloquear que te desvelan detalles importantes de la historia: mensajes, vídeos, grabaciones, diferentes escenas…

-        La traducción del título: no solo viene a medias, ya que los coleccionables y secretos vienen completamente en inglés, sino que incluso cuando está subtitulado al castellano, éstos fallan
-        Los personajes no están tan desarrollados como debieran, y no se termina de congeniar con ellos, en especial con los protagonistas
-        El desarrollo es aburrido, muy pesado y repetitivo: nos limitamos a avanzar por escenarios lineales sin hacer nada salvo recoger coleccionables, leer textos infinitos  y realizar algún tiroteo de vez en cuando, y si tenemos suerte, dan un salto por aquí o usar los poderes del tiempo para abrir una puerta o reconstruir una viga
-        La serie, aunque interesante y entretenida, corta el ritmo del juego
-        Se hace corto: terminarlo al 100% con todos los coleccionables y secretos, serie de televisión incluida e incluso con todos los trofeos no lleva más de 12-13 horas de juego, y eso tomándolo con calma y sin ayudas o guías
-        Que las elecciones tienen una repercusión mínima en el desarrollo de la historia: como mucho cambian un par de escenas en la serie y en el juego, pero la trama se desarrolla exactamente igual
-        La falta de dificultad que ofrece el título, incluso en modo difícil
-        El jefe final es anecdótico, rápido, sencillo y falto tanto de desafío como de carisma
-        Los fallos gráficos como algún tirón, el reescalado que hace que el juego se vea borroso, las texturas, las sombras pixeladas y los tirones
-        La puntual desincronización de sonido en algunas escenas

-        A veces los controles de Jack fallan, como las coberturas automáticas, los saltos o la escalada

     Aquí un trailer del juego:

Quantum Break está disponible para Xbox One y PC, y desde el 29 de Septiembre se puede conseguir en cualquier tienda en una edición especial completísima, Quantum Break Timeless Collector's Edition por solamente 34,95 € tanto en Amazon.es como en GAME. Y como podreis ver en la imagen a continuación, dicha edición contiene:


-> Videojuego en formato físico en 5 DVDs + código de steam
-> CD con la banda sonora original del videojuego Quantum Break
-> Blu Ray con el making off completo del videojuego Quantum Break
-> Libro de arte y making of Quantum Break: The Secret History of Time Travel
-> Guía rápida del videojuego
-> Póster tamaño A3 a doble cara
-> Caja de coleccionista



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