Desde 2012, Telltale Games ha
sido capaz de arrancarnos las lágrimas con sus guiones originales y sus propios
personajes como Lee o Clementine protagonizando sus series de televisión
interactivas basados en la serie The Walking Dead, una propuesta jugable que en
2012 resultaba fresca y diferente y que gustó tanto al público que se le
concedió el premio a mejor juego del año en los VGA, demostrando que los indie
podían estar a la altura de cualquier obra de alto presupuesto (y eso que en
aquel año la competencia resultaba feroz con juegazos como Assassin’s Creed
III, Dishonored, Journey y Mass Effect 3 entre los nominados). El estudio
independiente y modesto estalló de alegría y no tardó en subirse a un tren en
marcha del que a día de hoy no parecen ponerle freno, haciendo una inmensa
cantidad de adaptaciones y trabajos relacionados con otras licencias del cómic,
el cine o los videojuegos como The Wolf Among Us, Juego de Tronos, Tales from
the Borderlands, Minecraft y Batman, hasta continuaciones directas de la obra
que les llevó a la cima como la segunda y tercera temporada de The Walking
Dead.
Esta vez, sin embargo Telltale
Games decide alejarse de sus protagonistas originales y elije enfocarse en uno
de los personajes sin duda más queridos por los fans del cómic o de la serie de
AMC: en esta miniserie de 3 capítulos, encarnamos a Michonne, la famosa
afroamericana armada con su famoso machete dispuesta a repartir leña a cualquier
caminante o capullo que se cruce en su camino o en el de sus amigos.
La historia, sin embargo, como
estamos acostumbrados con los cuentacuentos americanos, se
centra en el estado emocional que la protagonista está sufriendo durante una de
sus desapariciones en la novela gráfica: tras dejar durante un tiempo a Rick y
a los suyos, Michonne se ve arrastrada y acosada por los traumáticos recuerdos
de su pasado que no le permiten avanzar, mientras la culpa y el remordimiento
descuartizan su alma cual caminante arrinconando a su presa. Tal es el grado de
descontrol psicológico y emocional por el que está pasando, que envidia a los
propios muertos y se plantea unirse a ellos quitándose la vida y acabar con su
sufrimiento. Varias semanas después de lo ocurrido, encarnamos a Michonne
mientras convive en este mundo donde se debe de luchar contra los no muertos…y
temer a los vivos, a la vez que protege a la poca gente que aún guarda la
esperanza desaparecida en el mundo y sigue lidiando con el terrible recuerdo de
cómo empezó todo, el momento en que la pesadilla de la que nunca podrá escapar
comenzó.
Con esta trama de fondo, The
Walking Dead Michonne ofrece una serie gráfica e interactiva ya típica en su
serie de trabajos, donde la elección de diálogos y toma de decisiones se dan de
la mano y se intercalan con numerosos Quick Time Events para resolver las
situaciones peliagudas como los combates por la supervivencia, todo guiado por
un guión que, desgraciadamente, sigue arrastrando los mismos problemas de los que todos
los videojuegos de Telltale siguen pecando. No nos malinterpreteis, la aventura
de Michonne es emocional e intensa, y que incluso a más de uno conseguirá
arrancarle una lágrima al empatizar con la situación actual de la protagonista,
y resulta tan satisfactoria y emocionante que no podrás parar hasta acabarlo,
algo que no llevará mucho tiempo, pues la mini serie de 3 episodios dura entre
3-4 horas totales. El problema aparece porque, además de no conseguir impactar
y sorprender tanto como en su día y al igual que en todos los videojuegos de la
desarrolladora independiente, las decisiones que tu tomas no tienen un impacto
grande en la historia como se pretende hacer ver, más bien todo lo contrario:
hagas lo que hagas, aunque intentes alterar el curso de los acontecimientos, la
historia se desarrollará y terminará exactamente igual, y como mucho notarás la
ausencia de un personaje secundario que realmente no aporta nada al avance de
la trama. Esa es la magia y a la vez el engaño de Telltale Games: te hace creer
que eres el precursor partícipe de su cuento adulto, pero que en realidad está
todo ya premeditado para que siga el mismo curso original donde lo que en realidad se pone a prueba es tu nivel de moralidad a la hora de elegir tu propio rumbo, aunque ya esté marcado.
Si los problemas de planteamiento
jugables y de duración ya resultan importantes y molestos, esperad a ver la
optimización del juego: en esta versión de PC, se sufren ralentizaciones,
congelación de pantalla, desincronización de audio, fallos de subtítulos
(muchas veces mal traducidos) e incluso interrupción y expulsión del
videojuego. Con sus primeros trabajos era normal ver este tipo de fallos siendo
en aquel entonces los comienzos de la compañía y la primera vez que realizaban
dichos proyectos, pero que tras más de 10 videojuegos lanzados al mercado en
apenas un par de años que sigan arrastrando, no solo el mismo motor gráfico, sino estas pésimas optimizaciones resulta
alarmante, más todavía si se trata de un videojuego que dura la tercera parte
de lo que normalmente suelen durar sus aventuras gráficas.
En resumen, The Walking Dead
Michonne nos propone volver al universo de Kirtman de la mano de uno de sus
personajes más queridos y carismáticos, y el resultado no podría ser más
satisfactorio, ofreciéndonos el poder de encarnar a uno de los personajes
femeninos más fuertes de los cómics basados en los muertos vivientes donde
exploramos su estado emocional y su trágico pasado a la vez que disfrutamos una
vez más de la oferta jugable episódica ya clásica de Telltale Games: formato de
serie de televisión donde nos centramos en elegir diálogos, tomar duras y
cuestionables decisiones y resolver las situaciones mediante Quick Time Events
a la vez que nuestros sentimientos se suben a la montaña rusa que son sus
historias. Lástima que su escasa duración y sus defectos ya habituales en sus
franquicias le pasen factura a un spin off que puede dar mucho de sí en el
futuro, pues el videojuego está plagado no solo de ralentizaciones,
congelaciones, desincronizaciones de sonido, fallo de subtítulos y parones,
sino que, para variar, las decisiones siguen sin alterar la historia ni lo más
mínimo. Si a todo eso le sumamos un precio elevado (15 € por 3-4 horas de
juego), solo recomendamos este spin off de rebajas y a los amantes tanto de los
videojuegos clásicos de Telltale como de la serie de Kirtman.
Es hora de enfrentarnos al
pasado. Preparad vuestro machete, Michonne nos espera.
60. Una serie de televisión
interactiva intensa, impactante y emocional que todos los fans de The Walking
Dead y sobre todo de Michonne disfrutarán, pero que lastra sus clásicos fallos
tanto jugables como técnicos.
+ El personaje carismático y
fuerte de Michonne
+ La emotividad de la trama
+ La moralidad de las decisiones
+ Historia breve pero intensa
-Que solo dure 3-4 horas y que cueste 15 €
-Que las decisiones, para variar, no afectan al
desarrollo de la trama en absoluto
-Los constantes fallos técnicos: ralentizaciones,
parones, desincronización, fallos en los subtítulos…
-La campaña no sorprende ni impacta tanto como
las temporadas de Lee y Clementine
Recordad que The Walking Dead - Michonne solamente está disponible para comprar en formato digital, eso si, para todas las plataformas.
Parece mentira que haya pasado
más de un año desde que Phineas nos despidiera con una sonrisa dando por
terminado el que sin duda fue el mejor verano de nuestras vidas, y también el más largo, pues Phineas y Ferb han estado con nosotros casi 10 años
desde que se estrenara su primer episodio en 2007, donde conocimos a aquellos 2
renacuajos que llenaron nuestra vida de risas, situaciones disparatadas, y
sobre todo mucha imaginación, consiguiendo convertirse en una de las mejores
series de animación de todos los tiempos que resucitó un género hasta entonces
muerto en televisión, y que gracias a su éxito, propició el nacimiento de otras
series tan queridas como Gravity Falls.
Phineas y Ferb se
habían ganado dejar su marca en nuestros corazones.
Sin embargo, sus creadores Dan y
Swampy están lejos de tirar la toalla, y desde que viviéramos el último día del
verano con nuestros hermanastros favoritos, han estado creando una nueva serie
que seguiría el espíritu de Phineas y Ferb con un humor fresco, divertido e
ingenioso sin caer en los humores típicos y blasfemos y con unos personajes
perfectamente caracterizados a los que enseguida cogiéramos cariño. El
afortunado de seguir el legado de los hermanos Flynn-Fletcher era ni más ni
menos que Milo Murphy, a quien pudimos ver por primera vez en una serie de
bocetos conceptuales:
Ahora, tras más de un año de
espera, por fin tenemos el placer de conocer al nuevo chico de la ciudad: os
presentamos a Milo Murphy, y es su mundo
y en él todos vivimos.
La serie comienza con la llegada
de un nuevo chico al colegio en su primer día de clase, Zack, que conoce de
casualidad a Milo Murphy, un niño de 13 años al que parece seguirle la mala
suerte allá por donde va. ¿Por qué? Pues ese es precisamente el planteamiento
de la serie: Milo Murphy es el descendiente de Edward A. Murphy Jr., el creador
de la ley de Murphy, la cual afirma que “si algo puede salir mal, saldrá mal”.
De este modo Zack, quien junto
con la compañera de clase de Milo, Melissa, se convertirán en los amigos
inseparables de éste, y vivirán juntos a partir de ahora las desventuras allá
por donde Milo vaya mientras intentan sobrevivir al ya de por si reto de
asistir a clase a tiempo, aprobar los deberes y enfrentarse a las dificultades
de cualquier adolescente.
Como podemos ver, el
planteamiento de la serie es sencillo y con gancho, y si bien es muy pronto
para juzgar, ya que se acaba de estrenar con su primer capítulo hace solo unos
días, lo cierto es que tiene todo lo que a los amantes de Disney XD podríamos
esperar de la mano de Dan y Swampy: La ley de Milo Murphy se presenta como una
nueva historia, nuevos personajes y nuevas situaciones, pero
conservando ese sentido del humor tan familiar, ingenioso y desenfrenado que
nos enamoró en el patio de atrás en aquella casita de Danville. El tipo de
humor que nos saca siempre una pequeña sonrisa y nos hace muchas veces estallar
en carcajadas sigue siendo el mismo, jugando con las situaciones disparatadas
con reacciones realistas y críticas de la sociedad, junto a juegos de palabras
y situaciones raras u embarazosas. Desde luego, Dan y Swampy pueden sacar el
pecho y presumir de tener un sentido del humor envidiable e inteligente que
lleva casi 10 años entreteniéndonos sin haber recurrido JAMÁS a palabrotas,
bromas de váter u obscenidades, una hazaña que a día de hoy ninguna otra serie
de animación ha logrado hasta la fecha.
Los personajes son muy realistas
a nivel de personalidad, con Milo como el niño alegre y optimista sea lo que
sea lo que le pueda caer del cielo (que para su desgracia es bastante), Zack siendo
el amigo sensato del grupo y al que aún tiene que aprender a acostumbrarse a
las locas situaciones en las que su compañero de fatigas se mete, y por último
Melissa, la leal y astuta compi que siempre viene bien tener cerca y que
siempre está preparada para sacar del apuro a sus dos amigos de lo que sea en
que se metan. Si a todo esto le añadimos una calidad de animación excelente
desde los escenarios y los protagonistas hasta la paleta de colores (aunque
bastante más apagada en comparación con ese verano infinito que conocemos) y a
un casting de voces envidiable y con un tema musical pegadizo, está claro que
Milo Murphy ha entrado por la puerta grande.
Sin embargo, aunque es agradable
sentirse tan familiar con esta serie, al mismo tiempo se tiene la sensación de
estar viendo lo mismo otra vez, solo que camuflado con personajes nuevos:
realmente Milo Murphy tiene exactamente la misma personalidad que nuestro
querido Phineas Flynn, un niño alegre y optimista que jamás se rinde o se viene
abajo (que tiene su mérito teniendo en cuenta todos los accidentes que vive a
diario) que además siempre está listo para cualquier cosa que se le eche encima,
y la verdad es que, si bien se le coge cariño fácilmente junto al resto de la
banda, no llegan a impactar y mucho menos a impresionar como sí lo hizo desde
el primer momento ese dúo dinámico en 2007, con una falta de carisma alta si hacemos comparaciones no solo a nivel de personalidad y de
desarrollo, sino de diseño: todos ellos parecen personajes de
relleno de la serie de Phineas y Ferb, hasta tal punto que no nos extrañaría
haberlos visto en un episodio anterior sin habernos dado cuenta, con la
diferencia de que los hermanos sí que se distinguían del público
inmediatamente, con unos rasgos y actitudes perfectamente marcadas y un diseño único
que lograba hacerles resaltar en cualquier parte.
Por supuesto hay que recalcar que es muy
pronto para juzgar puesto que la serie se acaba de estrenar, pero tanto a nivel
de personajes, guión y animación, todo se siente falto de originalidad e
innovación, algo que los hermanos Flynn-Fletcher habían conseguido desde el
minuto uno.
Con todo, esta serie derrocha
humor, ingenio, calidad y diversión a partes iguales, un digno sucesor
espiritual de Phineas y Ferb y que, al igual que éste, divertirá tanto a niños
como a adultos, incluso seguramente más a estos últimos. Deseando que estamos
de que sigan sacando más episodios.
Para todos aquellos que queráis ver
la serie, de momento no está traducida o doblada al castellano, pero podemos
ver de forma gratuíta el primer episodio en Youtube y Google Play, que se acaba
de estrenar esta semana, estar pendientes de los siguientes capítulos en la web
kisscartoon y, si no podemos esperar a verlo en castellano, también podemos
disfrutar del genial doblaje extraoficial de Turen Mastermind para ir abriendo
el apetito.
Bienvenidos al mundo de Milo
Murphy, donde ni un minuto nos aburrimos y donde todos vivimos.
Aquí abajo dejamos tanto el genial doblaje extraoficial al castellano de Turen Mastermind y debajo el enlace de Kisscartoon donde podeis visionar el primer episodio completo en inglés:
A lo largo de la historia, han
surgido diversas teorías sobre cómo funcionarían los viajes en el tiempo: si
volviéramos al pasado y alteráramos el curso de los acontecimientos, ¿serían
nuestro presente y futuro diferentes o se quedaría igual? ¿Se crearía una línea
de tiempo alternativa, o hiciéramos lo que hiciéramos en el pasado, las cosas
no cambiarían? ¿Y si el pasado fuese un bucle, un círculo que solo viaja seguro
en una dirección en el que sean cuales sean nuestras acciones, solo
conseguiríamos provocar lo que queremos evitar? ¿Seguiríamos intentando salvar
aquello que tanto apreciamos a pesar de todas las consecuencias?
Con esta teoría de fondo, Remedy
Studios ha dedicado los últimos años a crear la que pretendía ser su obra más
ambiciosa, pues tras crear títulos tan importantes como Max Payne y Alan Wake,
el estudio quería dar un paso más allá en la nueva generación, ofreciendo un
videojuego que fusionara el medio del cine con el interactivo, a la vez que
mostraba una sorprendente representación de un mundo donde el tiempo se ha
detenido. Los trabajadores y ambiciosos artistas se han impuesto no solo crear
una nueva aventura épica y dramática, sino cambiar el género de acción para
siempre pero, ¿lo habrán conseguido?
Pues descubrámoslo en este viaje
atemporal que nos llevará a romper las barreras y límites de la física del
mundo que conocemos.
Pero recuerda: el tiempo es
poder, y el fin se acerca.
Quantum Break nos sitúa en la
ciudad de Davenport, donde encarnamos a un joven llamado Jack Joyce que vuelve
a su ciudad natal para visitar a sus seres queridos, pero lo que prometía ser
un reencuentro placentero se convierte en una realidad aterradora: la
estructura del tiempo se ha roto, el mundo se para a cada segundo, alterando el
orden y provocando el caos y la destrucción de la ciudad, lo que antes eran
meses ahora pasan en apenas segundos ante nuestros ojos, y la inestabilidad va
cada vez más en aumento mientras se avecina el fin de los tiempos. Y para
empeorar aún más las cosas, nos persigue una organización multimillonaria
malvada que hará todo lo posible por pararnos los pies. Pero no todo está
perdido: durante el accidente que provocó la fractura, Jack fue afectado por la
onda expansiva y para nuestra sorpresa, descubrimos que tenemos cierto poder
sobre la manipulación del tiempo.
Con estas nuevas habilidades,
encarnaremos a Jack mientras comienza una carrera contra el tiempo para evitar
que dicha catástrofe tenga lugar y conseguir salvar el mundo.
De esta forma, Remedy Studios nos
plantea de nuevo una historia dramática en la que intenta fusionar de la mejor
forma posible una gameplay entretenida y adictiva con una narrativa y puesta en
escena dignas de cualquier estreno de cine o serie de televisión a la que
estemos acostumbrados. La trama, que arranca con un buen ritmo e intensidad,
gira en torno a la relación de dos hermanos que se han ido separando con el
paso de los años, y aunque el guión hace todo lo posible porque nos encariñemos
no solo con los protagonistas, sino con los personajes secundarios, lo cierto
es que se trata de una forma tan superficial que se dejan en segundo plano para
centrarse en explicarnos cómo funcionan los viajes en el tiempo, intentado
mostrarlo de una forma lo más realista posible, y sobre todo enseñando cuáles
son las consecuencias de jugar a ser Dios.
La historia resulta lo
suficientemente entretenida como para mantenernos enganchados a nuestro mando
hasta que lo terminemos, con unos personajes que si bien no llegan a ser
carismáticos, consiguen ser interesantes y que nos centremos en cómo progresa
la aventura.
Quantum Break es un videojuego de
acción que, al igual que su predecesor Alan Wake, intenta imitar su forma de
contar un relato en formato televisivo, dividiendo la trama en episodios
jugables y, en este caso, también live
action. Esa es la clave que diferencia a Quantum Break del resto de
títulos, su intento de fusión entre ambos medios dentro de una misma obra, de
tal forma que una no pueda funcionar sin la otra, y que en cierto modo logra
cumplir su objetivo.
Cada acto del videojuego está
dividido entre 2 y 4 niveles jugables en los que avanzamos por escenarios
lineales pero que son lo suficientemente amplios y llamativos a nivel visual
como para invitarnos a explorarlos libremente en busca de documentos que nos
cuenten más detalles y secretos de la historia, de vez en cuando permitiéndonos
realizar algún salto o pequeña maniobra que rompa ligeramente la monotonía.
Pero lo que sí está claro es que donde Quantum Break consigue divertir más, es
en sus zonas de disparos, donde las bases jugables de Uncharted se dan de la
mano junto a los poderes únicos de las arenas del tiempo de nuestro príncipe
persa favorito: Jack puede llevar encima hasta 3 armas que recoja de sus
enemigos (una pistola, una escopeta de largo y otra de corto alcance) así como
mochilas de munición y puede cubrirse de forma automática, lo que
desgraciadamente no siempre funciona como esperábamos al igual que sus saltos
ortopédicos. Por suerte, también contamos con diversos poderes para acabar con
nuestros rivales, como la congelación del tiempo para disparar hasta reventar a
los soldados que nos ataquen, la ráfaga del tiempo, el escudo temporal que nos
protege, y otras variaciones más que podemos ir desbloqueando a medida que
progresamos y que además podemos mejorar gracias a los puntos de habilidad que
también encontremos por las diferentes fases usando otra de nuestras dotes, la
vista de águila, que permite que veamos dónde están los coleccionables,
nuestros enemigos y hacia dónde nos debemos dirigir.
¿O era la vista temporal?
Perdonad, tantos viajes al pasado acaban por provocar dejavús.
Otra de las novedades importantes
es que una vez terminamos dicho acto, nos metemos en la piel del villano, el
dueño de la malvada empresa que nos quiere parar los pies, en una escena
llamada “nodo” donde se nos obliga a tomar una de sus decisiones por él, pero
que dependiendo de la que escojamos, cambiará el curso de la trama, como por
ejemplo la forma en la que tratemos a los ciudadanos, ya sea trabajándonos las
relaciones públicas para volver a la ciudad en contra de Jack o usando la
fuerza bruta para guardar nuestros secretos. Esta opción resulta interesante
porque no solo determina cambios narrativos dentro de los niveles interactivos,
sino también en los episodios de televisión que suceden a cada decisión que
tomamos.
Una de las principales
preocupaciones que muchos jugadores tenían al saber que Quantum Break
intercalaría episodios jugables con los de una serie de actores reales, era que
el ritmo de juego se viese interrumpido, como en casos graves como The Order 1886
donde se nos cortaba la acción cada cinco minutos. Pues si bien es cierto que
los episodios de veinte minutos si rompem algo el ritmo de la historia, para
nuestra sorpresa, no lo hacen de forma grave ni mucho menos. Es cierto que el
videojuego posee un buen número de cinemáticas por ordenador, y que si sumamos
a los ochenta minutos de serie, se nos quedan en casi cuatro horas, pero por
fortuna el videojuego está bien diseñado de tal forma que podemos disfrutar de
las fases interactivas sin miedo a que se nos esté interrumpiendo
constantemente, y cuando llega el momento de ver un nuevo capítulo, nos
encontramos intrigados por lo que va a suceder.
La serie de televisión, a
diferencia del videojuego, se centra no solo en los enemigos, sino en los
personajes secundarios que, si bien veremos en el videojuego, tienen un rol muy
pequeño. Sin embargo la serie está tan perfectamente conectada al universo, que
el salto de videojuego a película no nos resulta brusco, es más, lo abrazamos y
lo disfrutamos en cada detalle: desde la actuación de los mismos intérpretes
que ponen cara a los personajes en 3D, la recreación exacta de su vestuario y
de los escenarios, la conexión impecable con la trama, hasta los secretos que
encontramos en las fases aparecen a modo de guiño… Si todo eso lo juntamos con
un buen ritmo que consigue mantenerte enganchado, no podemos sino remarcar la
excelencia de este producto Mass Media que deja en pañales a muchas
adaptaciones cinematográficas de videojuegos actuales.
Pues bien, si a nivel narrativo y
de puesta en escena es sencillamente inmejorable, el problema viene principalmente
porque en términos de gameplay no
está cuidado de la misma forma: en las diferentes fases nos limitamos a avanzar
por escenarios lineales en busca de las decenas de documentos que leyéndolos
nos ayudan a descubrir distintas subtramas y relaciones entre los protagonistas
e incluso a desbloquear vídeos de los
diferentes personajes si reunimos toda la información posible. Por supuesto
todo esto son tareas opcionales, pero resultan importantes si queremos entender
el progreso del guión. Si a eso le añadimos que lo único que consigue alterar
algo la monotonía de los niveles son los puntuales combates, alguna zona de
saltos o uso de poderes anecdótico, como rebobinar un objeto para impedir que
se caiga o abrir una puerta, hace que el ritmo de juego sea monótono, tedioso y
muy pesado. Ni siquiera lo salva el desarrollo de la historia, que si bien
resulta interesante, no consigue sorprendernos en absoluto e incluso muchas
veces podemos deducir cómo va a acabar.
La duración de la trama tampoco
acompaña, pues en el mejor de los casos, explorando los bellos escenarios con
calma y encontrando todos los coleccionables, adquiriendo todas las mejoras y
viendo la serie de televisión, no pasará de las 12-13 horas, y tampoco es que
haya mucho más por hacer. El videojuego no cuenta con una partida + pero si te
permite volver a cargar cada nivel o episodio si quieres buscar algo que te
hayas dejado e incluso alternar nuestras decisiones en los nodos temporales.
Esto nos permite acceder a cambios narrativos, pero que al limitarse a personajes
muy secundarios, resultan casi nulos, como mucho alterando un par de minutos de
metraje en los episodios o situaciones concretas, en las que un personaje de
fondo desaparece, muere o es reemplazado por otro que cumple su misma función,
pero que como no afecta para nada a la trama, el desarrollo de ésta continuará
exactamente de la misma forma, quitándole la gracia al asunto y dejando al
título con una rejugabilidad nula.
A nivel audiovisual, si bien
Quantum Break tiene un apartado artístico y un diseño de personajes y
escenarios envidiable, con un realismo, tratamiento de luz e iluminación que
sorprende a más de uno, sobre todo en las escenas con efectos de congelación en
el tiempo, tiene serios defectos que lo hacen alejarse del portento gráfico que
prometía en su momento, mostrando unas animaciones algo toscas y unas texturas
de baja calidad en algunos momentos y por no mencionar una imagen muchas veces
borrosa, lo que hace que a nivel gráfico recibamos una de cal y otra de arena.
Nos pasa lo mismo con el apartado
sonoro, ya que si tiene unas voces de doblaje al inglés impecables y los
episodios y las cinemáticas nos vienen traducidas mediante subtítulos al
castellano, hay veces en que se sufre una cierta desincronización entre la
imagen y las voces, y casi la mitad de los coleccionables como las radios y los
vídeos autobiográficos no los traen, lo que hace que, salvo que tengamos un
alto nivel de inglés, no entenderemos nada de lo que dicen, y por tanto no comprendamos
la historia al completo.
El problema no es que el
videojuego no venga doblado al castellano, ya que hay obras maestras como The
Witcher 3 que vienen en perfecto inglés subtitulado a nuestro idioma y no lo
cambiaríamos por nada, sino en que los subtítulos muchas veces fallan y hace
que perdamos algún diálogo concreto, y muchas veces vienen directamente sin
traducir, lo que se convierte en una falta muy grave en una obra que
precisamente lo que más importa es el argumento y las conversaciones, mientras
que otros videojuegos con el mismo presupuesto o menos sí que vienen
perfectamente localizados al español ibérico, ya sea mediante doblaje o
subtítulos, incluso ambos. Que el videojuego narrativo y cinematográfico que se
suponía que era el buque insignia de Microsoft de este año venga traducido a
medias, mal y a rastro es un error muy grave que hace que te pierdas partes
importantes del videojuego y que, para ser sincero, es imperdonable siendo como
es un triple A de una de las compañías más importantes y adineradas del sector.
En definitiva se puede decir que
Quantum Break es el nuevo intento de fusión entre videojuego y serie de
televisión de Remedy Studios tras su primer planteamiento con Alan Wake, pero
esta vez hasta el punto de hacer una serie de actores reales indispensable para
entender la aventura e intentando coger lo mejor de ambos medios.
Sorprendentemente dicha fusión resulta mucho más satisfactoria e interesante de
lo que pueda parecer al principio gracias a una narrativa y puesta en escena
impecable, pero el hecho de que se hayan centrado tanto en la parte narrativa y
visual hace que el desarrollo del videojuego y su parte jugable, la piedra
angular de este medio, se vuelva tedioso, aburrido y pesado, salvándose
únicamente los pocos combates que ofrece. Cuando en un videojuego disfrutas más
de sus cinemáticas y de sus episodios que de su jugabilidad, es que los
cimientos no están bien asentados, y por eso Quantum Break, si bien será
disfrutable por todos aquellos que os llame la estética cinematográfica y los
dramas de acción, está lejos no solamente de ser el juego del año que todos
esperábamos, sino de superar a las obras anteriores de Remedy como Alan Wake
que, sin ser una obra maestra, era mucho más pulido y sorprendente en su
momento.
Si es que es por algo que nos
advierten constantemente de no jugar con la línea del tiempo: siempre, SIEMPRE
trae malas consecuencias.
60. Un juego dramático y
diferente que apuesta por una narrativa fuerte pero que falla a nivel jugable
debido a un desarrollo de niveles sosos y poco inspirados, además de una falta
de pulido importante a nivel técnico. Disfrutarán los que quieran encontrar una
buena historia y combates divertidos en los que Uncharted y Prince of Persia
Las Arenas del Tiempo se dan de la mano, pero que está lejos de ser la obra
maestra y la revolución del género que Remedy Studios nos prometía.
+ La genial puesta en escena y la narrativa que acompaña el
título
+ La calidad y belleza de los gráficos
+ Los actores que participan en el juego
+ La diversión de los combates gracias a los poderes del
tiempo
+ La posibilidad de mejorar las capacidades del protagonista
+ Los impresionantes e interesantes episodios de televisión
que, si bien cortan un poco el ritmo, enlazan a la perfección con la historia,
y que dependiendo de nuestras acciones, tanto ésta como el videojuego cambian
+ La cantidad de secretos que se pueden encontrar y
desbloquear que te desvelan detalles importantes de la historia: mensajes,
vídeos, grabaciones, diferentes escenas…
-La traducción del título: no solo viene a
medias, ya que los coleccionables y secretos vienen completamente en inglés,
sino que incluso cuando está subtitulado al castellano, éstos fallan
-Los personajes no están tan desarrollados como
debieran, y no se termina de congeniar con ellos, en especial con los
protagonistas
-El desarrollo es aburrido, muy pesado y
repetitivo: nos limitamos a avanzar por escenarios lineales sin hacer nada
salvo recoger coleccionables, leer textos infinitos y realizar algún tiroteo de vez en cuando, y
si tenemos suerte, dan un salto por aquí o usar los poderes del tiempo para
abrir una puerta o reconstruir una viga
-La serie, aunque interesante y entretenida,
corta el ritmo del juego
-Se hace corto: terminarlo al 100% con todos los
coleccionables y secretos, serie de televisión incluida e incluso con todos los
trofeos no lleva más de 12-13 horas de juego, y eso tomándolo con calma y sin
ayudas o guías
-Que las elecciones tienen una repercusión mínima
en el desarrollo de la historia: como mucho cambian un par de escenas en la
serie y en el juego, pero la trama se desarrolla exactamente igual
-La falta de dificultad que ofrece el título,
incluso en modo difícil
-El jefe final es anecdótico, rápido, sencillo y
falto tanto de desafío como de carisma
-Los fallos gráficos como algún tirón, el
reescalado que hace que el juego se vea borroso, las texturas, las sombras
pixeladas y los tirones
-La puntual desincronización de sonido en algunas
escenas
-A veces los controles de Jack fallan, como las
coberturas automáticas, los saltos o la escalada
Aquí un trailer del juego:
Quantum Break está disponible para Xbox One y PC, y desde el 29 de Septiembre se puede conseguir en cualquier tienda en una edición especial completísima, Quantum Break Timeless Collector's Edition por solamente 34,95 € tanto en Amazon.es como en GAME. Y como podreis ver en la imagen a continuación, dicha edición contiene:
-> Videojuego en formato físico en 5 DVDs + código de steam
-> CD con la banda sonora original del videojuego Quantum Break
-> Blu Ray con el making off completo del videojuego Quantum Break
-> Libro de arte y making of Quantum Break: The Secret History of Time Travel